Como siempre decimos, esto de buscar la hamburguesa perfecta tiene un toque mágico, que es eso precisamente, la búsqueda y dar con joyitas ocultas es el mejor premio que podemos tener. Esto nos pasó cuando nos acercamos al Mercado de Barceló para conocer Bürghetto, un pequeño puesto en el que dos chicos controlan la plancha para ofrecernos unas smash burgers de escándalo y alguna que otra sorpresita.
Sí, recuperamos la fe en los puestos de mercado y más este, que nos ha dado varias alegrías en forma de carnaza entre dos panes. Aquí, los chicos del ghetto nos proponen unas opciones callejeras, caseras y repletas de calidad y con unos precios adecuados. Encontraremos tres entrantes y un buen puñado de burgers, junto con batidos y un postre. Todo con nombres de raperos reconocidos y una pinta brutal.
Babeando de la emoción, nos la jugamos con unos chili cheddar sticks, que viene a ser unas croquetas con mucho queso y jalapeños. Caseras a más no poder y con un sobrazo que es un puñetazo a la mandíbula. La primera sorpresa llegó y nos dejó tan alucinados que nos quedamos con ganas de pedir unas cuantas raciones más.
Pero si ya estábamos enamorados, acto seguido llegaron nuestras bolas de papel de aluminio en las que encontramos sendas hamburguesas bien húmedas, con una carne estupendamente prensada y con su costra perfecta. Empezamos con la Slim Shady, con dos patties a tope de Maillard y quesazo, mucho y muy bien fundido, coronado con un baño de mermelada de bacon y salsa Original Gangster de la casa.
Una vez más, cuando la carne es el centro de la hamburguesa, ésta gana enteros y nos vuelve locos y aquí, como podéis ver en la foto sobre estas líneas, se cumple de forma innegable. Jugosa y llena de sabor, encuentra en el queso a su escudero ideal, ya que aporta la cremosidad necesaria. Y el toque de sabor complementario nos lo da esa bacon jam equilibrada, sin dejar un gusto salado que encontramos en otras. Vamos, que la devoramos felices, porque esto es una maravilla.
También tenemos elogios para la segunda ronda, la Kung Fu Kenny, con queso Brie en vez de Cheddar, que aporta más cohesión al conjunto, pero no deja un mazacote en boca. Además, la reducción de vino, junto con la cebolla caramelizada, marcan un contraste en nuestras papilas que nos hacen exclamar de placer.
Y todo esto nos viene abrazado por un pan de brioche muy bien tostado y tenemos que admitir que, aunque no sea nuestra opción favorita para una smash, en esta ocasión nos ha sorprendido gratamente; no encontramos el dulzor habitual, pero sí esa esponjosidad que tanto demandamos. Bravo.
Y como acompañamiento, sí, tenemos patatas fritas, cortadas en bastones y muy finitas. Crujientes y en buena ración, nos dejaron tan satisfechos que no nos dimos cuenta de que nos las habíamos acabado hasta que fue demasiado tarde.
En definitiva, este Bürghetto nos ha maravillado con su rollito urbano de verdad. Con esa calidad y saber hacer de unos propietarios que demuestran tener una gran cultura hamburguesera. Nos encanta ese punto fan del rap que no solemos ver y esa plancha tan bien manejada para obsequiarnos con unas smash burgers que son oro puro. Pero si hay algo que no nos vamos a dejar nunca cuando vayamos son esas croquetas (ya sabemos que tienen un nombre en inglés más molón, pero qué más da), que nos hicieron ver las estrellas. Una locura de sabores que nadie debería de dejar pasar.
PRECIO DESGLOSADO DE LA VISITA
4 DOBLES DE CERVEZA:11 €
1 CHILI CHEDDAR STICK: 5.9 €
1 SLIM SHADY: 12 €
KUNG FU KENNY: 12 €
TOTAL: 40.9 €
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