CLANDESTINO BURGER: Amor trasatlántico a primera vista

Si te consideras un hamburguesero o hamburguesera de pro, aparte de visitarnos para estar al tanto de las novedades que rodean el mundo de nuestra querida carne emparedada, también conocerás lugares  afamados mundialmente, como Shake Shack o Burger Joint, uno de los últimos reductos, en lo que a burgers de calidad se refiere, que podemos encontrar en Nueva York y que, con un poquito de suerte, tiene siempre un sitio para poder degustar sus creaciones. Pues bien, hace bien poquito, un lector nos alertó a través de nuestro Twitter de que un establecimiento con el mismo nombre que este último había abierto en nuestra ciudad. Con el dolor de ojos que nos produjo la apertura desmesurada de los mismos, pronto agarramos nuestra cámara y nuestra cartera y salimos disparados a comprobarlo por nosotros mismos.

Situado casi en el epicentro de las hamburguesas en el que se ha convertido la Glorieta de Bilbao y alrededores, aunque tomando cierta distancia de sus competidores, vislumbramos un logo que nos resulta familiar y que introduce un local con aspecto industrial, casi de obra dejada a medias, con un pequeño mostrador al fondo, una cocina a la vista en todo momento y las hamburguesas a elegir escritas en cartones o contrachapados que cuelgan de las paredes.

Pero que nos engañe el aspecto de lugar, ya que estos argentinos que lo han montado, con permiso, según nos contaron, de los dueños originales, saben muy bien lo que hacen. Tanto es así, que si llegáis en el turno adecuado, oleréis el pan que ellos mismos hacen en la parte de atrás del local. En contraste con el restaurante, aquí todo es artesanal y hecho en casa (a excepción de las bebidas, de momento), desde la carne, de una carnicería que hay a la vuelta de la esquina, hasta las salsas originales y los postres (todavía nos relamemos con ese brownie hecho por una amiga de los dueños).

Con pocas opciones hamburgueseras, destacan los combos y un magnífico menú de 10 €, que fue el que catamos y que incluye una de las burgers de la carta, patatas fritas, bebida (caña de cerveza en nuestro caso) y postre. Sin duda, unos precios bastante decentes para calidad que tienen y el cuidado que hay depositado en cada detalle.

A pesar de ser pocas opciones, resulta realmente complicado decidirse por una, así que nos lanzamos a por la Bleu, con queso azul, cebolla caramelizada, setas Portobello, tomate seco y rúcula y la Jamaican sin Cheddar ni ají, ya que nuestra otra mitad se encontraba con el estómago indispuesto, lo que nos ayudó a comprobar la calidad del trato en todo momento y simpatía de los que aquí trabajan, que no nos pusieron ninguna pega al respecto.

Antes de ver la presentación, hemos de decir que nos parece original, aunque no le puede gustar a todo el mundo, ya que en vez de plato, tenemos una bandeja de comida para llevar y todo el concepto es de cadena de hamburguesas, aunque lo que encontramos en su interior está a años luz en lo que a calidad se refiere. Ah y si sois muy escrupulosos, dejad esas cosas en la puerta, porque aquí sólo se usan las manos para comer, nada de cubiertos en ningún momento.

Aunque se trata de una hamburguesa pequeña, va bien servida de carne, setas, queso y champiñones. Además es muy jugosa y cada bocado es una delicia. La carne en sí, está muy, muy bien condimentada y picada y respetan el punto a la perfección, que siempre es de agradecer.

El pan, como os hemos dicho, es casero al 100% y muy esponjoso. Un auténtico bun, con semillitas coronándolo y de tamaño adecuado, que no permite que sobre ni ingredientes ni nada. Todo está en su justa medida. Eso sí, echamos de menos un poquito de tueste para que sea perfecto.

Por el otro tenemos esta hamburguesa jamaicana, con lonchas muy finas de piña y un bacon excepcionalmente cocinado, que juega muy bien en el contraste de sabores. Nos habría encantado hincarle el diente a esta preciosidad con el ají de por medio, ya que ese toque de picante seguro que la hace irrepetible. Una anécdota con esta opción, la pedimos hecha y nos llegó algo cruda, por lo que pedimos que nos la pasasen un poco y cuál fue nuestra sorpresa que nos hicieron una burger nueva, todo con mucha educación y una gran sonrisa. Cosas así son las que nos hacen volver a estos sitios una y otra vez.

Aunque las patatas fritas no vengan con la hamburguesa sin más, sí que se pueden pedir en su versión combo o menú y como ocurre con el pan, son caseras, cocinadas lentamente en la freidora y muy melosas, que combinan muy bien con algunas de las salsas propias que no debéis dejar de pedir en la barra, porque son espectaculares.

[ACTUALIZACIÓN] En nuestra nueva visita, pudimos probar dos nuevas burgers que, aunque estaban en el menú la primera vez, no pudimos catar. Se trata, por un lado, de la Americain, con bacon y queso Cheddar. Una combinación sencilla, pero realmente sabrosa, gracias a esa carne que parece haber aumentado de tamaño desde nuestra última vez y ese queso estupendamente fundido. Toda una delicia que, aunque no lo parezca por su tamaño, os dejará muy bien saciados (sobre todo en su versión menú completo).

Como veis, el pan también ha cambiado, ahora con semillas de amapola y más tipo brioche. Pero lo mejor es que se sigue manteniendo la calidad a la hora de cocinar la carne, consiguiendo un punto clavado.

La otra opción de menú fue la Classic, con lechuga, cebolla morada mayonesa y un queso fundido a las mil maravillas. Otra delicia de carne en su punto y buen tamaño con la que disfrutamos como aquella primera vez, si no lo hicimos mucho más.

Una opción sencilla y fresca, pero que seguro os va a encantar en cuanto le deis el primer mordisco, palabra de hamburgueseros.

Y como estamos con un menú, no podía faltar el postre, en este caso se trataba de un brownie que hace la amiga de uno de los dueños, que vive al lado y que tiene unas manos dignas de los dioses.Aunque la presentación no es su fuerte (viene envuelto e papel de plata), el sabor a chocolate y la cremosidad de su interior hace que a más de uno le pueda dar un yuyu ante tanto placer. Además, la ración es más que suficiente como para quedarnos bien satisfechos. [ACTUALIZACIÓN] En nuestra segunda visita comprobamos que han cambiado el papel de plata por una especie de envoltorio de papel que conserva el aire informal, pero le da más presatancia a la presentación. Con la misma consistencia y cremosidad, es un gran postre y un valor añadido a un menú barato y de calidad.

Con un tiempo ya en sus espaldad, parece que los chicos de Burger Joint siguen mejorando y aprendiendo, ofreciendo la misma fórmula de éxito, pero con pequeños detalles de calidad que han sumado a su oferta hamburguesera. Los precios y el local son los mismos, pero la carne y sobre todo, el pan, han cambiado a mejor, consiguiendo que pensemos aún más en pasarnos y dar rienda suelta a nuestra lujuria carnívora.

Deja tus experiencias en la sección de comentarios más abajo y cuéntanos qué te parece esta nueva apertura.

PRECIO DESGLOSADO DE LA VISITA

2 MENÚS: 20 €

TOTAL: 20 €