Mítico entre los míticos, raro es el madrileño que no ha pasado por las puertas de The Geographic Club, toda una institución de la zona de Goya y que, a pesar del pensamiento generalizado, además de cocktails o tras bebidas, tiene una cocina ecléctica a tener muy en cuenta. Al fin nos decidimos a pasar por esta especie de salón del viajero, donde podemos encontrar réplicas y referencias de objetos que invitan a subirnos al primer avión que veamos o recordar aquellas visitas internacionales que hayamos podido realizar. Todo dentro de unso espacios enormes y donde su espectacular cúpula acristalada nos da la bienvenida.
Con alusiones a épocas mejores, donde uno se podía relajar y disfrutar de una buena charla, en Geographic podremos disfrutar desde una copa hasta de algún que otro plato fuera de carta que nos aconseje algún miembro del dedicado servicio. En cuanto a precios y sobre el papel, pueden resultar altos, pero no hay que olvidar que no estamos en un sitio al uso y que estamos pagando, además de la calidad del producto, el saber hacer en cocina y un ambiente casi único.
Entre la multitud de opciones, tanto locales como internacionales, esta vez, como no podía ser de otra forma, nos animamos con la única hamburguesa de la carta y un corte de carne argentino, con una especie de mayonesa de chimichurri deliciosa, con lo que acabamos bien contentos, aunque sufrimos por decidirnos y probar otras cosas el espectacular menú.
Esta carne, ya de por sí deliciosa, vino con su punto correcto, según nuestra petición, con un sabor a parrilla ideal, sin enmascarar su gusto y con una textura perfecta. Prácticamente se dejó comer sola y lo mejor, aunque su precio fuera de 18 €, os podemos asegurar que la ración es adecuada. Un plato sencillo, donde el producto y su tratamiento son de 10.
Al igual que ocurría con esta opción, en el caso de la hamburguesa nos llamó la atención el punto clavado del patty, aunque esta vez su cocinado fuese en plancha, que no nos importa, sobre todo viendo ese caramelizado perfecto, pero nos llamó la atención que en la carta se nos dijese que está hecha en parrilla. Detalles sin importancia si, a la hora de disfrutar, se disfruta.
Sencilla, pero muy equilibrada, así describiríamos una burger que puede parecer desorbitada por sus 15 €, pero que a cada bocado compensa. De la carne no podemos añadir nada más, pero lo realmente sorprendente es lo bien que juega con el queso de cabra y la cebolla perfectamente caramelizada. A pesar de ser una combinación que estamos cansados de ver y denostar, en esta ocasión nos tenemos que quitar el sombrero.
Del lado del pan y admitiendo que de primeras no nos entró por los ojos, tenemos que rendirnos ante su frescura y esponjosidad, que hacen que aguante perfectamente todos los jugos, a pesar de presentarse muy, muy poco tostado. Un panecillo original y adecuado para una de las hamburguesas más compensadas que hemos podido probar.
Por supuesto, ambos platos fueron acompañados por patatas fritas, diferentes en cada uno, pero igual de sabrosas y caseras. Por el lado de la carne, encontramos unos cortes en bastones gruesos tradicionales, dorados y crujientes que, aunque eran buena cantidad, se nos antojaron escasos, pero sólo porque estaban tremendos. Lo mismo nos ocurrió con la guarnición de la burger, esta vez presentada en gajos, pero igualmente deliciosa.
Y de postre, un colofón a la altura, un bizcocho de chocolate, regado con más chocolate negro y acompañado de un helado de fresa (que nos recordó a un Pettite Suite) que conjuntaba a la perfección. Pero la maravilla es la "tierra" de galletas, que aporta crujiente y lo convierte en todo un vicio.
Con una textura ESPECTACULAR consiguió que nos olvidásemos del resto de la comida y encima consiguiendo que no nos empalagase en absoluto. Un postre que hace que merezca la pena, por sí solo, llegar y sentarse a comer en el salón viajero del Geographic.
En definitiva, tras superar el shock de los precios de la carta y dejarnos llevar por la increíble decoración de The Geographic Club y dar el primer bocado a nuestros platos, todo fue un viaje que acabó de la mejor manera posible. Una experiencia muy recomendable para aquellos amantes de la buena cocina, sin adornos, donde el producto lo es todo y donde se nos invita a abandonarnos en conversaciones de todo tipo y relajarnos, como si nos encontrásemos en un oasis donde el tiempo se ha detenido. Después de todo y aunque parezca mentira, no es un sitio caro, simplemente se trata de un local donde disfrutar. Sólo nos faltó probar algún cocktail y algo de lo que nos habló el maître, David, unos cogotes de merluza a la bilbaína que gritaban "¡cómeme!", así que, tendremos que volver.
PRECIO DESGLOSADO DE LA VISITA
1 REFRESCO: 3 €
1 AGUA: 3 €
1 CORTE ARGENTINO: 18 €
1 HAMBURGUESA GEOGRAPHIC: 15 €
2 SERVICIOS: 3 €
1 TARTA DE CHOCOLATE: 6.5 €
TOTAL: 53.35 €
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