GREEDY: Pasión y burgers de categoría en Salamanca

Publicado por HeM el 20/09/2022

Una Plaza Mayor preciosa, una Universidad centenaria, despedidas de solter@s por doquier, hornazos... Todo esto y mucho más es lo típico que vamos a encontrar en una visita cualquiera a Salamanca, pero si quieres encontrar un lugar tan escondido como la famosa rana de la Catedral, andas de suerte, porque ahora tenemos Greedy como referencia hamburguesera de la ciudad. Si bien es cierto que la cultura de la hamburguesa anda escasa por estos lares, más allá de las clásicas franquicias, gracias a una joven pareja con muchas ganas y pasión por las cosas bien hechas, podremos zamparnos una smash burger como los dioses hamburgueseros mandan y quedar la mar de felices.

Situado a escasos metros del centro, este pequeño garito cuenta con unas pocas mesas y una barra donde apretarse su media docena de opciones, a cada cual más apetecible. Y es que su carta no tiene mucho más: burgers, bebidas y postres. De hecho, alguna crítica que nos ha llegado es, precisamente, por la falta de entrantes. Cosa menor si las hamburguesas pueden cubrir (y lo hacen) las expectativas.

Asi que, nada más echarle un vistazo a la carta, lo tuvimos claro: una Whappa sería la primera en caer. Se trata del particular homenaje de estos salmantinos al Whopper de toda la vida, pero en versión smash. Sencilla y efectiva, con queso, pepinillos, cebolla, ketchup y mostaza. No hay más y no hace falta más. Con dos patties jugosos y con una costra perfecta, la carne de vaca autóctona morucha aporta sabor y se funde con el resto de ingredientes hasta hacernos llegar al éxtasis.

Hamburguesa Chapa Greedy Quizás el punto más flojo es el pan, de tipo brioche, ligeramente tostado y consistente. Seguimos pensando que a este tipo de combinaciones les pega más un potato roll, aunque se desmarque más de la esencia del fast food al que mira, pero el bocado sería más esponjoso que con este. Aún así, poco malo se le puede sacar a esta combinación, que hizo que la devorásemos sin pestañear.

Por otro lado, no nos pudimos resistir a la Emi, con pan de bretzel esponjoso y suave, una carne más tipo California y con una ternura épica. Además, el queso y la salsa aportan cremosidad extra, por no hablar del picante, en su punto y potenciando cada mordisco. Una maravilla de creación que nos trasladó a Nueva York y que supera a la original gracias a una carnaza que es un puntazo.

Hamburguesa Ema Greedy Y sí, el punto es el adecuado para este disco que nos hizo soñar. Además del picado, grueso, como a nosotros nos gusta, permitiendo que se pueda cocinar con precisión en la plancha.

Detalle Corte Burger Greedy Como acompañamiento, no incluidos con las hamburguesas, elegimos las sweet potatoes o boniatos, por los que tuvimos que pagar un suplemento. Cortados en bastones, tiernos y en muy buena ración, que complementaron y potenciaron la experiencia global.

Y como somos unos golosos, sucumbimos a la tentación de una tarta de queso espectacular. No, no era una cheesecake, era una TARTA DE QUESO. Cremosa, como si estuviese rellena de natillas y en su punto por fuera, con un sabor equilibrado y nada empalagoso. Sinceramente, nos tuvimos que llevar unas cuantas porciones para comer más tarde.

Tarta de Queso Greedy En definitiva, en Greedy encontramos todo lo que buscamos cuando visitamos un local de reciente apertura (apenas llevan dos meses). Buenísima materia prima, buen hacer en cocina, simpatía y pasión por lo que se hace. Además, estos chicos son de buen comer y se han recorrido el mundo probando hamburguesas y mucho más. Nunca paran de experimentar y probar los grandes sitios de referencia y todo eso lo trasladan a su pequeña cocina, con gusto y con criterio. Todo esto se traduce en una experiencia casi perfecta, con un disfrute digno de hacer kilómetros para zamparse toda su carta si hace falta. Pueden parecer caros, pero con la calidad que ofrecen, merece mucho la pena. Les seguiremos muy de cerca, porque prometen llegar muy alto.