Con todo esto del COVID-19, hemos visto cómo mucha gente se ha puesto las pilas en la cocina y han sacado al chef que lleva dentro. Nosotros mismos, a través de nuestro perfil de Instagram, hemos compartido algunas hamburguesas caseras que nos hemos marcado en estos meses. Y tras varios intentos de perfeccionamiento y pruebas, hemos dado con Nay, una empresa gallega, con amplia experiencia en esto de la carnaza, que ahora empieza con los patties emparedados de vaca rubia madurada entre 30 y 60 días y claro, tenía que pasar por nuestros fogones.
Aquí contamos con unos discos, de unos 200 gramos, aproximadamente, envasados al vacío, que nos llegan a casa ultra congelados, para, así, aportar a la materia prima el menos número posible de conservantes y que podamos disfrutar de todas las propiedades del producto.
Y como era una ocasión especial, nos pusimos manos a la obra con unos champiñones frescos, que pasamos por la plancha a la vez que unos dados de bacon, para acabar juntándose y compartiendo grasas y sabores.
En la otra parte de la plancha, tostamos ligeramente los panecillos, previamente untados en mantequilla derretida para, tras retirarlo todo, empezar a cocinar las carnazas con un poquito de cebolla en crudo. ¡No sabéis lo jugosa que queda la carne con esta técnica! Desde que lo aprendimos, no hay receta que no empecemos así.
Ya con los discos hechos a nuestro gusto, sólo queda cubrir a nuestra protagonista con una sábana de queso Havarti, unos champiñones jugosos y hacer otro piso de iguales características. Si queréis un truquito extra, poned la tapa del pan mientras se termina de cocinar el conjunto y se funde el quesazo, ya que la humedad que se genera le va fetén.
Y ya sólo nos queda sacar las patatas fritas de la sartén y montar el platazo que nos hemos marcado. A pesar de haber elegido la fórmula de la hamburguesa doble, la carne sigue jugosa y tierna y hará que, en cada bocado, nos inunde el sabor de un producto cuidado y de calidad. Como ellos mismos dicen, como si estuviésemos comiendo un chuletón.
Además, aunque en un principio nos pareció que el picado era excesivo, al cocinar y presentar nos dimos cuenta de que era perfecto, con un grado de molienda casi perfecto, dejando pasar el calor por el interior del disco para lograr un cocinado uniforme.
Si se os ha hecho la boca agua, aquí os dejamos un pequeño resumen en forma de vídeo, para que veáis las bondades de la cocina de calidad, con un producto de primera, carne gallega, bien tratada y con el toque de plancha que tanto nos gusta disfrutar en el hogar.
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