Mucho se está hablando de Peko Peko, un pequeño restaurante que acaba de abrir en la zona de Chueca y no es para menos, ya que no es el típico negocio que aprovecha la moda de los baos para ofrecer un producto mediocre y arañar unos eurillos de nuestros bolsillos. La dueña, bloguera gastronómica y enamorada de Japón, nos da la bienvenida entre referencias al manga, la comida y las salsas de oriente, todo enmarcado en un espacio cómodo e informal, donde la barra preside una experiencia semejante a la que podemos vivir en cualquier calle de Asia.
La carta es pequeña, pero resultona, con tres baos, unos cuantos ramen y otros tantos dumplings. Todo bien de precio y más sabiendo que todo, absolutamente todo es de elaboración propia y creednos, se nota bastante. Además, disponemos de dos menús diarios, uno por 8 € con dos baos o un ramen y otro de 12 € con ambas opciones incluidas.
Pero os preguntaréis si se nos ha ido la olla hablando de cosas que no tienen que ver con burgers, ¿verdad? Pues bien, resulta que entre tanta cosa oriental, encontramos una joyita sin carne, pero con gambas, que se asemeja a una hamburguesa y a por ella que nos lanzamos. Esta Baoburger es una creacion curiosa, pero muy interesante, ya que nos ofrece un patty de langostinos, rebozado en su totalidad y muy, muy crujiente, acompañado de salsa de la casa y con un bao de sésamo espectacularmente esponjoso.
Un bocado sencillo, con sabores japoneses clavados y que sólo tiene una pega: que se acaba en dos dentelladas. El "panecillo", como os decimos, es muy suave y fresco, pero aguanta a la perfección hasta un corte de cuchillo. Por dentro, no escatiman en langostinos, así que se posiciona como un must para los amantes de estos bichos marinos.
Pero como no todo iba a ser hamburguesa, probamos dos clásicos. Por un lado, el Angry bird Bao o lo que es lo mismo, pollo rebozado, salsa chili-oil de la casa, crunch de zanahoria, dajkon y pepinillo, con un bao súper tierno, nada chicloso. Rebosante de calidad y sabor.
Y el de siempre, el de toda la vida, el Piggy Bao, con panceta cocinada a baja temperatura y pera china. Delicioso y con todo el sabor oriental que le pediríamos a un plato así. Además, al igual que el resto de opciones, viene acompañado de verduras deshidratadas; una elección diferente y muy atractiva.
Pero la sorpresa viene con un bao del que no recordamos el nombre, por lo que lo llamaremos Hot dog Bao y sí, es un perrito con una mini salchicha muy rica, de piel gruesa, al estilo nórdico, que aporta crujiente y nos hace salir del pensamiento de que estamos comiendo un producto poco cuidado. Pero lo mejor, además de los acompañamientos que podéis ver en la foto, es ese cruce de panecillo y bao que está realmente conseguido. Esponjoso, con sabor y nada pasado en su elaboración.
En definitiva, Peko Peko -expresión japonesa equivalente a cuando uno se muere de hambre o le rugen las tripas- se ha convertido en un lugar al que peregrinar para todos los amantes de la comida japo y no es para menos. Con productos de calidad, de elaboración propia y donde podemos encontrar una hamburguesa oriental pequeña, pero resultona, que destaca en originalidad y que merece la pena ser catada.
PRECIO DESGLOSADO DE LA VISITA:
2 MENÚS DE MEDIODÍA: 8 €
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