Si recordáis aquella visita que hicimos a la ciudad condal hace unos meses, quedamos encantados con nuestra experiencia en Timesburg y ya en esa ocasión os anunciamos que, muy pronto, expandirían su negocio de siete locales en Barcelona para hacer disfrutar con sus burgers al público madrileño.
Pues bien, ese momento ha llegado y lo ha hecho por todo lo grande al contar con una ubicación que, a priori, puede parecernos algo alejada del epicentro gastro, pero que gracias a su estupendo local entendemos que su apuesta puede ser todo un éxito especialmente en los meses de buen tiempo.
Para ubicarnos, si a la altura de Avenida de América y colocados en dirección María de Molina miramos al horizonte de nuestra derecha, veremos una amplia fachada con las letras de Timesburg, eso ya nos enseña, de lejos, la magnitud de su local.
Pero es que, cuando llegamos a su puerta, la sorpresa es mayúscula al encontrar un espacio hecho a su medida. Con una terraza acogedora y resguardada del tráfico y la baza de unas paredes acristaladas que hacen pasar toda la luz al interior, el estudio de arquitectura de Cristina Rodríguez, ha trasladado los guiños sello de la casa Timesburg a un edificio de desbordante modernidad.
Jardines verticales, madera, azulejos retro en el espacio de comandas, sillas de diferente diseño, todo conjuga a la perfección aportando calidad a un edificio de corte minimalista de techos altos y recuerdos industriales.
Pero pasemos ya a conocer Timesburg en lo que nos interesa, la comida. Aquí la forma de trabajar se ha importado desde sus locales de Barcelona, con un servicio que requiere de la realización del pedido en caja, no os perdáis el movimiento de su cocina vista en la parte posterior y el consiguiente recibo de la comida en mesa a través de sus camareros.
También como en Barcelona, debemos elegir nuestras burgers apuntando lo que queremos en un papel donde no se indican los precios, pero sí podemos verlos gracias a varios paneles que se encuentran distribuidos en el local.
Como ya sabemos, se nos ofrecen varias hamburguesas ya propuestas, pero podremos elegir el pan, tienen tres variedades, así como también el tipo de carne o algún extra que se nos antoje. Para esta ocasión quisimos comparar la calidad de su Osaka, pero apostamos por probar también La Foie.
Sobre la Osaka solo decir que la apuesta de Timesburg por venir a Madrid ya ha merecido la pena. Sin duda, la hamburguesa que mejor nos ayuda a reconocer esos sabores japos gracias al wakame, la salsa teriyaki y la mayonesa de wasabi, que crece en textura si la pedimos con carne de wagyu. Sí es cierto que los demás ingredientes le pueden restar protagonismo en cuanto a sabor, pero su picada es tan exquisita que el hecho de que se deshaga en la boca nos tiene cautivados.
Como no pudimos resistirnos al foie, la hamburguesa de dicho nombre nos llegó muy pintona a la mesa y es que el color de la confitura de arándanos le queda muy bien a la foto. Aquí la carne, de ternera se nos presenta con un picado totalmente diferente, más compacto, más familiar dentro de nuestra experiencia hamburguesera, pero agradable en su mordida al fin y al cabo.
El foie mi cuit, muy similar a una mousse, se lleva gran parte del protagonismo con su potente sabor y la confitura de arándanos, que pensábamos podría restar también por dulzor, si acaso rebaja un poco el foie, pero apenas tiene presencia.
Para hablar de rasgos generales en ambas burgers, ya sabéis que se sirven al punto, correctamente conseguido, sin posibilidad de pedirlas a nuestro gusto. El pan, de semillas de amapola para la Osaka, y multicereales para La Foie, vienen perfectamente tostados, el crujiente en su mordisco es de agradecer, aguantan muy bien todos los jugos y encajan perfectamente con las dimensiones de la carne, además vienen con el sello de Timesburg marcado en la tapa.
Las patatas, que se piden aparte y aunque la gente se atreve con medio kilo, nosotros nos decantamos por una ración, perfecta para dos personas, cortadas a mano con piel y muy bien fritas al estilo de la abuela Maria Antonia como reza la carta, son ideales para probar con las salsas que tenemos a disposición. Aquí queremos apuntar que los dispensadores son muy monos, pero no tan útiles como nos gustaría, aún así no nos resistimos a probar la salsa picante y la de mostaza, de recuerdo casero y muy ricas.
Con un local que nos ha enamorado por sus muchas posibilidades, incluida la de irnos de cena con amigos gracias a su amplia terraza, su atento personal, su apuesta por sabores tan gamberros como el hecho de llevar la esencia japo a una burger y el mimo en la fritura de sus patatas, la llegada de Timesburg a Madrid es muy buena noticia para los amantes de las burgers que piden calidad y precio a partes iguales. Les agradecemos que no hayan perdido calidad en su estreno en Madrid y amenazamos con seguirles muy de cerca.
PRECIO DESGLOSADO DE LA VISITA
1 HAMBURGUESA LA FOIE: 7.5 €
1 HAMBURGUESA OSAKA: 6,9 € + 4,50 € CARNE DE WAGYU
1 RACIÓN DE PATATAS FRITAS: 3,2 €
2 AGUAS: 3 €
TOTAL: 25.1 €
Comentarios
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Más que fast food
Vayamos por partes. Timesburg no es como una cadena maligna de comida rápida, sólo ha heredado la forma de realizar las comandas de su ciudad natal, que se ve que se lleva mucho, pero la calidad está a la altura. Sí que es verdad que, al lado de la wagyu, la de ternera queda ensombrecida, pero estaba bien. De tamaño andan bien, son burgers normales, ni muy grandes ni muy pequeñas. Como decimos, con una y las patatas para compartir, ya se sale a gusto :)
Muy raro será que vuelva
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